Bernheim and Karkacheva Damnation

he Théâtre des Champs-Elysées premiered a new production of Hector Berlioz’s Damnation de Faust the day before yesterday.

The role of Faust was sung by the legendary French vocalist, Benjamin Bernheim, who joined the cast at the last minute. From the very first lines, he impressed with the brilliance of his timbre, the power of his projection, and the perfection of his phrasing. Deeply committed to the dramatic, he made the role of the tormented, childlike adult, consumed by the tedium and sadness that the production demanded, his own. In his debut as Faust, Bernheim delivered a magnificent performance that the audience greatly appreciated.

Victoria Karkacheva, alongside him, captivated the audience as Marguerite with a presence full of mystery and tenderness. Her voice, without exaggeration, had a pleasant yet imposing tone, with a clear and colorful projection and a youthful, melancholic timbre that was met with enthusiastic applause.

They were accompanied by Christian van Horn’s Mephistopheles, always profound and incisive. His voice is unmistakable, densely dark yet possessing an imposing technique and a rich, expressive timbre. Thomas Dolié as Brander was brilliant and clear.

The Radio France Choir was uneven at times, their voices not always clear, but they managed to deliver a powerful and impressive performance of this difficult score. The orchestra Les Siècles, with period instruments and conducted by Jakob Lehmann, brought a special and distinct character, although at many points Berlioz’s score overshadowed them, and they failed to achieve the nuances the composer intended. Lehmann’s conducting was remarkably precise and romantic, and he delivered an excellent Damnation.

Silvia Costa’s staging, while containing interesting elements such as the final judgment scene where the orchestra appeared on stage as members of the jury, was ultimately unconvincing and seemed somewhat simplistic and unpleasant, earning her repeated boos from the audience.

Hans Körner

© Vincent Pontet

El Théâtre des Champs-Elysées estrenó antes de ayer una nueva producción de la Damnation de Faust de Hector Berlioz.

El papel de Fausto contó con el mito vocal de Francia, Benjamin Bernheim, que se incorporó al elenco en el último momento. Desde las primeras frases, impresionó por la brillantez de su timbre, la fuerza de su proyección y la perfección de su fraseo. Profundamente entregado en lo dramático, hizo suyo el papel de niño adulto atormentado por el tedio y la tristeza que la producción requería. En su debut como Fausto, Bernheim se coronó con una interpretación magnífica que el público agradeció.

Victoria Karkacheva, a su lado, como Marguerite cautivó con una presencia llena de misterio y ternura. La voz, sin exageraciones, tuvo un tono agradable e imponente a la vez, con una proyección límpida y colorista con un timbre juvenil y melancólico que fue ovacionado de forma clara.

Les acompañaron los Mefistófeles de Christian van Horn, siempre profundo y tajante. Su voz es inconfundible, densamente oscura y a la vez con una técnica imponente y un timbre riquísimo y expresivo. Thomas Dolié como Brander estuvo brillante y claro.

El Coro de Radio France estuvo irregular en algunos momentos donde no se les oyó con nitidez, pero consiguieron sacar esta difícil partitura con un buen e impactante resultado. La orquesta Les Siècles, con instrumentos de época, dirigida por Jakob Lehmann aportó un color especial y diferente aunque en muchos momentos la partitura de Berlioz estuvo por encima de ellos y no se lograron los matices que el compositor requiere. La dirección de Lehmann fue notablemente precisa y romántica y escribió una Damnation excelente.

La puesta en escena de Silvia Costa, aunque con partes interesantes como el juicio final donde la orquesta estaba en el escenario como miembros del jurado, no convenció y pareció algo fácil y desagradable, con lo que se ganaron los abucheos reiterados del público.

Hans Körner