A dark Macbeth, musically brilliant

Macbeth, Giuseppe Verdi

Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, Firenze

17^th October 2025

Voices: Luca Salsi, Vanessa Goikoetxea, Antonio Di Matteo, Antonio Poli, Lorenzo Martelli, Elizaveta Shuvalova, Egidio Massimo Naccarato, Huigang Liu, Lisandro Guinis, Dielli Hoxha, Nicolò Ayroldi, Aurora Spinelli, Caterina Pacchi. Conductor: Alexander Soddy. Director: Mario Martone. 

The recent Macbeth at the Teatro del Maggio Musicale Fiorentino offered a dark, ambitious take on Verdi’s first Shakespearean opera. Conductor Alexander Soddy led with exceptional clarity and balance, shaping a performance both muscular and introspective. He emphasized Verdi’s orchestral vigor and rhythmic pulse while drawing out moments of lyrical sorrow and madness. From the very prologue, his control of pacing and dynamics created an atmosphere of psychological tension. People praised the transparency of the sound and the close coordination between pit and stage. Soddy’s conducting reached particular brilliance in the Act I finale and in the airy “ballet of the elves” from the Paris version. His interpretation earned him the loudest applause of the night, confirming his growing stature at the Maggio.

In the cast, Luca Salsi offered a seasoned and authoritative Macbeth, vocally secure and dramatically convincing. Vanessa Goikoetxea, returning to Florence after her Tosca, brought intensity and conviction to Lady Macbeth. Though her voice is more lyrical than traditionally dark, her acting skill and determination made her portrayal persuasive. Antonio Di Matteo’s Banco impressed with noble tone, while Antonio Poli’s Macduff added heartfelt lyricism.

Supporting roles, including Lorenzo Martelli’s Malcolm, were well handled across the board.

Director Mario Martone’s staging surrounded the drama with near-total blackness, relieved only by flashes of red and careful lighting by Pasquale Mari. A real black horse onstage in Act I provided a daring, almost demonic touch. However, other choices—such as having Macbeth read the fatal letter himself via cellphone—felt heavy-handed. Video projections were used with mixed results, sometimes powerful, sometimes excessive. Still, crowd scenes and transitions were sharply executed, with effective theatrical invention.

The production’s contemporary touches linked the story to present conflicts, notably through video imagery of Gaza. At the curtain, political banners calling for freedom for Palestine appeared onstage, sparking both applause and boos. Despite the controversy, this Macbeth stood out for its musical excellence, bold vision, and refusal to leave the audience indifferent.

Hans Körner

El reciente Macbeth, estrenado en el Teatro del Maggio Musicale Fiorentino, ofreció una versión oscura y ambiciosa de la primera ópera shakespeariana de Verdi. El director Alexander Soddy dirigió la obra con una claridad y un equilibrio excepcionales, dando forma a una interpretación vigorosa e introspectiva. Enfatizó el vigor orquestal y el pulso rítmico de Verdi, a la vez que prolongó momentos de tristeza lírica y locura. Desde el prólogo, su control del ritmo y la dinámica creó una atmósfera de tensión psicológica. El público elogió la transparencia del sonido y la estrecha coordinación entre el foso y el escenario. La dirección de Soddy alcanzó una brillantez especial en el final del primer acto y en el etéreo "ballet de las hadas" de la versión parisina. Su interpretación le valió los aplausos más sonoros de la noche, confirmando su creciente prestigio en el Maggio.

En el reparto, Luca Salsi ofreció un Macbeth experimentado y autoritario, vocalmente seguro y dramáticamente convincente. Vanessa Goikoetxea, de regreso a Florencia tras su Tosca, aportó intensidad y convicción a Lady Macbeth. Aunque su voz es más lírica que tradicionalmente oscura, su talento actoral y determinación hicieron que su interpretación fuera convincente. El Banco de Antonio Di Matteo impresionó con su tono noble, mientras que el Macduff de Antonio Poli aportó un lirismo sincero. Los papeles secundarios, incluyendo el Malcolm de Lorenzo Martelli, estuvieron bien ejecutados en general.

La puesta en escena del director Mario Martone rodeó el drama de una oscuridad casi total, aliviada únicamente por destellos rojos y la cuidadosa iluminación de Pasquale Mari. Un caballo negro real en escena en el primer acto aportó un toque atrevido, casi demoníaco. Sin embargo, otras decisiones —como que Macbeth leyera él mismo la carta fatal a través del móvil— resultaron excesivas. Se utilizaron proyecciones de vídeo con resultados dispares, a veces impactantes, a veces excesivos. Aun así, las escenas de multitudes y las transiciones se ejecutaron con precisión, con una invención teatral eficaz.

Los toques contemporáneos de la producción conectaron la historia con los conflictos actuales, especialmente a través de imágenes de vídeo de Gaza. Al final del telón, aparecieron pancartas políticas que exigían la libertad de Palestina, provocando tanto aplausos como abucheos. A pesar de la polémica, este Macbeth destacó por su excelencia musical, su visión audaz y su inquebrantable capacidad para dejar al público indiferente.

Hans Körner