Triunfo del gran Camarena en l'Elisir d'Amore del Gran Teatre del Liceu

2.12.2025, Gran Teatre del Liceu

Still recovering from a vocal ailment, the mexican tenor Javier Camarena took to the stage of the Gran Teatre del Liceu on 02.12 to sing the role of Nemorino. Camarena has sung this role countless times, and we could see it; he moves with ease in Mario Gas's production, because he is his unique and his Nemorino is also unique. His theatrical gifts in this role are extraordinary, and where others fail to achieve stage presence, he delivers the finest version of Nemorino we have seen in recent days. His experience leaves no room for doubt, and the Liceu audience gave him a standing ovation.

Vocally, the ailment that has kept him off the stage in recent weeks limits him somewhat, but his enormous talent and perfect technique made on 02.12 a night we will never forget. The great tenor's voice was clear, mellow, and polished like the most precious Carrara marble, just as it was in his best days. On 02.12, the great Camarena was heard -as entertaining as ever on stage- profound and sublime, overall when the arias of this demanding role arrived. This Donizetti, for the tenor, is as complex as the Duke of Mantua in Rigoletto; from the very first note, he must be singing at the peak of his range, with a completely hughe complexity. From "Quanto è bella" to "Una furtiva lagrima" Camarena was unparalleled. But, lest there be any doubt, his interpretation of "Una furtiva lagrima" will go down in the annals of the Liceu. The Mexican tenor approached absolute perfection, displaying bel canto talents of a true genius. His voice, always reminiscent of Kraus, sounded brilliant, intense, and homogeneous in every register, with a velvety timbre in the high notes and impeccable phrasing. He controlled his tempi and left silences that were brimming with emotion. So much so, that it was the only day the audience waited for the clarinet and bassoon to finish their melody and for the final string chord before applauding, and there was even a brief and profound silence, everyone aware that we had just heard something unique. Camarena made us wait, but it was worth it.

Pretty Yende sang the role of Adina for the first time in this production on the same day, and something similar happened. We could confirm that yesterday's cast was the best possible for the roles of Adina and Nemorino. Yende is a true genius of bel canto, understated, humble, with a voice of intense and irreplaceable color. She calibrates each measure perfectly, reserving all the timbral power of her marvelous high notes for when it is truly necessary, and yesterday we heard, without any doubt, the best Adina of this L'Elisir d'Amore. Her high notes, or bravura notes, don't sound forced or gratuitous; rather, she knows how to blend them naturally with the rest of the score. And although she's not Joan Sutherland, in those bel canto moments, she's the soprano who comes closest to the australian diva. Listening to Yende on 02.12 was a privilege, and we left the theater ecstatic with the beauty of her singing.

That same day we were able to hear the wonderful Ambrogio Maestri again. His performance was even better than on opening night, full of power, vivacity, and color. It is impossible to surpass his Dulcamara.

Don't hesitate to book the few performances this stellar cast will be giving, because it's a unique and unrepeatable experience, and once you've seen it, you realize you've been immersed in a musical beauty that you rarely get to enjoy in a lifetime.

Dr. Eloi de Tera

Fotos (©Antoni Bofill, 2025, Gran Teatre del Liceu)

Aun recuperándose de una afección vocal, ayer, el tenor mexicano Javier Camarena subió al escenario del Gran Teatre del Liceu para cantar el rol de Nemorino. Camarena ha cantado este rol una infinidad de veces y eso se nota, se mueve como pez en el agua en la producción de Mario Gas, pero va por libre, porque él es un Nemorino escénicamente único. Sus dotes teatrales en este papel resultan extraordinarias y, donde otros no consiguen soltura escénica, él encara a la mejor versión de Nemorino que podemos haber visto estos días. Su experiencia no deja lugar a dudas y el Liceu, de pie, lo agradeció.

En lo vocal, la afección que lo ha tenido alejado del escenario las últimas semanas le limita en cierto modo, pero sus enormes capacidades y su técnica perfecta, hicieron que ayer fuera una noche que nunca olvidaremos. La voz del gran tenor salió limpia, melosa, pulida como el mármol de Carrara más preciado, como en sus mejores tiempos. Ayer se escuchó al gran Camarena, divertido como ninguno en la escena, pero profundo y excelso cuando llegaban las arias de este complicado papel. Este Donizetti, para el tenor, es complejo como el Duque de Mantova en Rigoletto, desde el minuto uno está cantando en lo más alto de su registro y con una complejidad manifiesta. Desde el Quanto è bella, hasta la furtiva lacrima, Camarena fue inigualable. Pero, por si había alguna duda, su interpretación de Una furtiva lacrima pasará a los anales del Liceu. El tenor mexicano rozó la absoluta perfección mostrando dotes belcantistas de verdadero genio. Su voz, que siempre recuerda a Kraus, se escuchó brillante, intensa, homogénea en cada registro y de un color aterciopelado en los agudos, con un fraseo impecable. Se tomó sus tempi y dejó silencios que estuvieron llenos de emoción. Tanto, que fue el único día que el público esperó a que el clarinete y el fagot terminaran su melodía y al acorde final de la cuerda para aplaudir y hasta hubo un pequeño silencio sepulcral, todos conscientes de que acabábamos de escuchar algo único. Camarena se hizo esperar, pero valió la pena.

Pretty Yende cantaba ayer por primera vez el papel de Adina en esta producción y algo parecido acaeció. Pudimos constatar que el de ayer ha sido el mejor cast posible en los papeles de Adina y Nemorino. Yende es una auténtica genialidad del bel canto, sin estridencias, humilde, con una voz de color intenso e irremplazable. Ella mide a la perfección cada compás, reservando toda la fuerza tímbrica de sus maravillosos agudos para cuando realmente es necesario y ayer pudimos escuchar, sin lugar a dudas, a la mejor Adina de este Elisir. Sus high notes o note di bravura no suenan forzados, ni parecen florituras gratuitas, sino que sabe como amoldarlas de forma natural al resto de la partitura. Y aunque no es Joan Sutherland, en esos momentos de belcantismo es la soprano que más se le acerca. Escuchar a Yende ayer fue un privilegio y salimos del teatro extasiados por la belleza de su canto.

El mismo día pudimos escuchar al maravilloso Ambrogio Maestri de nuevo. Su interpretación aún fue mejor que la del día del estreno, llena de poder, vivacidad y color. Es imposible superar su Dulcamara.

No duden en correr a reservar las pocas funciones que este cast estelar va a cantar, porque es algo único e irrepetible y, una vez se ha asistido, se es consciente de haberse impregnado de una belleza musical que pocas veces en la vida se puede gozar.

Dr. Eloi de Tera