La Bohéme studentesca a Bologna

The Teatro Comunale di Bologna has revived the celebrated La Bohème, a production conceived by stage director Graham Vick three years after his death, in 2018, inspired by the Bologna of university students. It was revived again in 2021, the year of the British director's death, as a tribute, and now it is once more celebrated in Bologna as a contemporary and fresh interpretation of Puccini's classic. This time, however, the opera has been temporarily moved to the Teatro Comunale Nouveau, a much smaller space than the old theater. The staging remains brilliant, especially in the stage movement of the second act and in the overall dramaturgy, and it does not suffer from the change of venue.

Martijn Dendievel conducts the orchestra with a colorful, emotional, and lively interpretation of Puccini, achieving a compact and brilliant sound. The vibrancy of the second act was extraordinary under Dendievel's baton, as was the lyricism of the first act and the drama of the third and fourth acts. However, the dimensions of the Comunale Nouveau, which acoustically hampered this production, were not ideal for opera. The TCBO choruses were tight and their sound was very polished in the second act, as was the children's choir, which demonstrated great professionalism.

Stefan Pop reigned supreme in the role of Rodolfo. His lyricism and romanticism were on another level. His voice, electric yet velvety sweet, shone throughout, especially in his interpretation of "Che gelida manina," where he accentuated the high C with the skill only Pavarotti possessed. Alongside him, Karen Gardeazabal was a Mimì with a clear and powerful voice, captivating the audience from her opening "Mi chiamano Mimì" to her death, with truly moving moments. Her high notes are delicate and sweet, and her entire vocal range is marvelous and shows great promise. Giuliana Gianfaldoni's Musetta, appearing in the second act, was a true discovery. She was brilliant and epic, with excellent theatricality; her high notes resonated above the orchestral slumber with great projection. Vittorio Prato as Marcello demonstrated great vocal capabilities and a voice full of potential. Andrea Piazza's Schaunard, full of mellowness and romanticism, was convincing and excellent. Colline, sung by Davide Giangregorio, also surprised us with his vocal power and the beauty of his voice. Benoit and Alcindoro, sung by Nicolò Ceriani, completed the first cast with very high quality.

The second cast was not second-rate; they too achieved an absolute level of excellence. Antonio Siragusa sang a Rodolfo full of color and emotion, with extraordinary moments. Melissa Purnell joined him as Mimì, revealing a crystalline voice with exquisitely refined and highly polished high notes, and an impressive technique. Francesca Benitez's Musetta possessed the character's characteristic comic flair, but with a dazzling and vibrant performance. Luca Galli as Marcello was both marvelous and lyrical. Davide Peroni's Schaunard also captivated us with his exuberant voice. Colline was sung by Adriano Gramigni with remarkable power and mastery.

Alessandro della Vittoria

El Teatro Comunale di Bologna ha vuelto a poner en escena la célebre Bohéme que el director de escena Graham Vick ideó tres años de su muerte, en 2018 inspirándose en la Bologna de los estudiantes universitarios. La volvieron a reponer en 2021, el año de la muerte del director británico, como homenaje y estos días vuelve a coronarse en Bologna como una lectura contemporánea y fresca del clásico de Puccini. Esta vez, pero, la ópera se ha trasladado temporalmente al Teatro Comunale Nouveau, un espacio mucho más reducido que el antiguo teatro. La puesta en escena sigue siendo brillante, sobre todo en el movimiento escénico del segundo acto y en la dramaturgia general y no sufre con el cambio de teatro.

Martijn Dendievel dirige la orquesta con una lectura de Puccini llena de color, emoción y vivacidad, consiguiendo un sonido compacto y brillante. La viveza del segundo acto fue extraordinaria bajo la batuta de Dendievel, así como lo fue el lirismo del primer acto y la dramaticidad del tercer y cuarto actos. Eso sí, el Comunale Nouveau tiene unas dimensiones que acústicamente jugaron un mal papel en esta producción, no es un teatro para ópera. Los coros del TCBO resultaron compactos y con un sonido muy trabajado en el segundo acto, también el coro de voces blancas que denotó gran profesionalidad.

Stefan Pop reinó como ningún otro tenor en el papel de Rodolfo. Su lirismo y romanticismo son de otro nivel. Su voz eléctrica y, a la vez, dulce como el terciopelo, brilló en todo momento, sobre todo en su interpretación de Che gelida manina, donde supo acentuar el Do de pecho como solo Pavarotti lo supo hacer. A su lado, Karen Gardeazabal es una Mimì de voz clara e impactante, que encandiló al público ya desde su Mi chiamano Mimì, hasta su muerte con momentos auténticamente conmovedores. Sus agudos son delicados y dulces y todo su registro vocal resulta maravilloso y con un futuro prometedor. La Musetta de Giuliana Gianfaldoni, al aparecer en el segundo acto, fue un verdadero descubrimiento. Ella fue brillante y épica, con una teatralidad excelente, sus agudos resonaron por encima del marasmo orquestal con gran proyección. Vittorio Prato como Marcello demostró grandes capacidades vocales y ser una voz llena de futuro. El Schaunard de Andrea Piazza, lleno de melosidad y romanticismo, convenció con nota excelente. Colline, cantado por Davide Giangregorio, también nos sorprendió por su fuerza vocal y la belleza de su voz. Benoit y Alcindoro, cantados por Nicolò Ceriani, completaron el primer reparto con muy buena calidad.

El segundo cast, no estuvo en segundo lugar, sino que también logró un nivel de excelencia absoluto. Antonio Siragusa cantó un Rodolfo lleno de color y emoción, con momentos extraordinarios. Le acompañaba Melissa Purnell como Mimì, con quien descubrimos una voz cristalina, de agudos, finísimos y muy trabajados, y con una técnica impactante. La Musetta de Francesca Benitez tuvo la habitual comicidad del personaje pero con una interpretación deslumbrante y vibrante a la vez. Luca Galli como Marcello resultó maravilloso y lírico. El Schaunard de Davide Peroni también nos convenció con su voz exhuberante. Colline fue cantado por Adriano Gramigni con notable fuerza y maestría.

Alessandro della Vittoria